Ha pasado ya mucho tiempo desde que publiqué el último
post en este blog. Había dado el tema por cerrado, ya que el invento había
cumplido su función, lo cual sigo agradeciéndoos. Pero hoy, de repente, en el
quiosco me he dado de bruces con algo que tenía que compartir con vosotros: una
cara que se me hacía familiar en la portada de una revista mientras esperaba en
la cola, quedarme pensando, acercarme, mover otra publicación que había sobre
ella y no me dejaba apreciarla en todo su esplendor, y ¡tachán! No me lo podía creer, ¡era nuestra Ana en el Lecturas! Claro, revista comprada, creo que por
primera vez en mi vida.
Una vez leído el artículo, os cuento:
No, no es que se haya vuelto loca y haya decidido salir del anonimato de
sopetón tras su prolongada (y voluntaria) ausencia. Tengo la sensación, de hecho, de que las fotos
son robadas, aunque el texto, debo decir, parece bastante respetuoso, y por eso
me he decidido a comentároslo. Ana lleva una vida bastante normal, como sabíamos. Por si tenéis curiosidad, éste es su aspecto actual, sin maquillaje y con 44
años. A mí me parece que no está nada mal. Espero que sea muy feliz.